LOS TELÉFONOS INTELIGENTES Y NUESTRA LIBERTAD INDIVIDUAL
LOS TELÉFONOS INTELIGENTES Y NUESTRA LIBERTAD INDIVIDUAL
Por Alberto Stapelfeld Z.
Hace un par de semanas, en plena cuarentena por la Pandemia del Covid-19, recibió mi esposa una notificación de Google en su teléfono celular, más o menos con el siguiente mensaje: “¿Por qué no visitas los lugares de antes? Se extrañan tus visitas al Centro Comercial de La Rambla en San Borja y a la Clinica El Golf en San isidro.”
La conclusión es evidente; nuestra
privacidad ha dejado de existir. Cada paso que damos y cada tecla que
oprimimos, puede ser y/o es seguido por algún programa que nos espía.
En general, Google y Facebook saben mas sobre nuestros movimientos, deseos
y acciones que nuestras propias esposas.
Lo peligroso es que esta información está a disposición del mejor postor, pues finalmente estas empresas tienen fines comerciales. Si Alibaba o Coolbox saben que aspiradora ofrecerme, es porque alguien les ha vendido esta información. En líneas generales y en mi caso, poco me interesa si alguien sigue mis pasos o mis acciones pues no creo hacer nada importante o relevante y de interés para otros.
Pero por otro lado, es triste y lamentable que como seres humanos hemos perdido nuestra privacidad.
Es común ver como bloquean o cancelan cuentas en Twitter o en Facebook por publicar cosas consideradas inapropiadas o falsas. Pero, ¿Quién es el juez que nos juzga? Son Twitter, Facebook, Instagram, Google y otros pocos, erigidos por decisión propia y por haberlos hecho nuestros favoritos, en jueces supremos del bien y del mal. Ellos por encima de autoridades y gobiernos son ahora los jueces del mundo.
Con la pandemia, han surgido innumerables voces, alertando a la humanidad sobre el control mundial que trata de imponernos un llamado “nuevo orden” o que Bill Gates de Microsoft tratará de implantarnos un chip junto con la posible vacuna contra el Covid y muchas teorías más.
La verdad es que casi nada de esto es ya necesario. Nosotros mismo nos
hemos comprado nuestro chip con el celular que nos controla y lleva nuestra
información íntima a las empresas que nos siguen nuestros movimientos.
¿Sabían que cada celular tiene un micrófono que puede ser activado en
forma remota y alquien podría estar escuchando lo que conversamos en nuestras casas o con una amiga en un café
cercano? ¿Sabías que inclusive podrían activar remotamente la cámara de nuestro
teléfono y ver lo que estamos haciendo? En realidad hay muchas cosas más y no
es mi propósito crear pánico. Solo quería alertarlos sobre lo que es posible y evidentemente
en muchos casos está apasando en estos mismos momentos.
Uno de los que ha dedicado su vida al estudio de estos casos es Richard Stallman creador del primer sistema operativo abierto GNU y Linux, quien dice: “Los móviles espían y transmiten nuestras conversaciones, incluso apagados” y cree que los teléfonos inteligentes nos han hecho retroceder 10 años en términos de privacidad.
Ver la entrevista a Stallman en
México: https://youtu.be/onrIApj3Cjs
Su peculiar sentido del humor, que
cultiva en los seis o siete idiomas en los que se maneja, reviste el encuentro
de mucha naturalidad. Parece como si él mismo quisiera bajarse del pedestal en
el que le ha colocado la comunidad de programadores.
Para ese colectivo,
es una leyenda viva. Stallman es el padre del proyecto GNU, en el que se
engloba el primer sistema operativo libre, que vio la luz en 1983. Desde los
años noventa funciona con otro componente, Kernel Linux, por lo que se
rebautizó como GNU-Linux.
En Youtube pueden encontrar muchas
conferencias muy interesantes de Richard Stallman, muchas en español, uno de
los siete idiomas que domina casi perfectamente.
Un tema que apasiona a Stallman es la falta absoluta de privacidad en la era digital. Por ese motivo, no tiene teléfono móvil, acepta que le hagamos fotos solo después de prometerle que no las subiremos a Facebook y asegura que siempre paga en efectivo. “No me gusta que rastreen mis movimientos”, subraya.
El software libre es su aporte como programador a la
lucha por la integridad de las personas. “O los usuarios tienen el control del
programa, o el programa tiene el control de los usuarios. En este último caso,
el desarrollador del software ejerce poder sobre los usuarios
y el programa se convierte en un instrumento de dominación”.
De 1983 a la fecha, ha logrado liberar ordenadores personales,
servidores y supercomputadora, pero no puede
liberar completamente la informática de los móviles: la mayoría de los modelos
no permite instalar un sistema libre. “Y eso es muy triste, es un claro cambio
a peor en los últimos 10 años”, se lamenta Stallman.
“Los móviles son el sueño de Stalin convertido en realidad, porque emiten
cada dos o tres minutos una señal de ubicación para seguir los movimientos del
teléfono”
Si bien el motivo para incluir esta función fue inocente por la
necesidad de poder dirigir llamadas o
mensajes a los dispositivos, también puede tener un fin perverso pues también permite
seguir los movimientos del portador. “Y peor aún, uno de los procesadores de
los teléfonos tiene una puerta trasera universal. Es decir, que pueden imponer
cambios de software a distancia, aunque en el otro procesador
uses solo programas de software libre. Uno de los usos
principales es convertirlos en dispositivos de escucha, que no se apagan nunca
porque los móviles no tienen interruptor”, sentencia.
Y la guerra será interminable: “Apple acaba de comenzar a fabricar computadoras
que no permiten la instalación del sistema GNU-Linux. No sabemos por qué, pero
lo están haciendo”.
Facebook, con sus tentáculos Instagram y WhatsApp, y Google se han enfrentado en estos años a
muchas denuncjas por infracciones contra la privacidad de las personas, siendo
una de las más importantes la de la Unión Europea.
Es en general inaceptable que estas empresas obtengan fácilmente información
sensible sobre nuestras vidas.
Nadie tiene que saber lo que haces en tu vida diaria como donde estas y
cuando, con quien te comunicas y que haces durante el día.
La tecnologías no
son buenas o malas por si mismas. Lamentablemente el teléfono se ha convertido
en un sistema de vigilancia principalmente por sus servicios de geolocalización,
que brinda información sobre tu ubicación en cada instante y con la pandemia del
Covid-19 hemos sido testigos de esto. En muchos países se han implementado
sistemas sofisticados, instalando un programa en tu smartphone que permitía
identificarte como contagiado, controlar tus pasos y dar una alerta si te
acercabas a otras personas no contagiadas.
Hasta puede parecer
bueno para el control de la pandemia, pero ¿han pensado en todos los usos que
un gobierno puede dar a estos sistemas para controlar a su población ……. y quitarnos
la libertad?.
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