EL GOBIERNO DE LAS FUERZAS ARMADAS: JUAN VELASCO ALVARADO.

EL GOBIERNO DE LAS FF.AA. - Juan Velasco Alvarado

El Grl. Juan Velasco Alvarado presidió el Gobierno Revolucionario de las FF.AA. desde el 3 de octubre de 1968 hasta agosto de 1975 en que fue "reemplazado" por el Grl. Francisco Morales Bermudez que gobernó hasta el 28 de julio de 1980.  

Fueron 12 años que marcaron un nuevo rumbo para el país y afectaron directamente las vidas de nuestra generación. Velasco dijo "el Perú nunca será el mismo" y tuvo razón, el país sufrió cambios irreversibles.  No es mi propósito hacer un recuento histórico y mas bien pretendo contarles algunas anécdotas interesantes de lo que vivimos en esos tiempos.

El 3 de octubre nos despertamos como todos los días, con las últimas noticias de la radio por RPP y escuchamos con asombro que teníamos un nuevo gobierno. Belaúnde fué sacado en pijama de Palacio en la madrugada, llevado al aeropuerto y extraditado a Argentina.
Ese mismo año me había casado y Angela, mi esposa, tenía 7 meses de embarazo de mi primera hija. Ambos trabajábamos en el Banco Comercial del Perú. Angela tenía 4 años en el Banco y trabajaba de cajera en una agencia. Yo había cumplido 8 años en el banco y era empleado en la Sección Canje.
Una semana después, en un mensaje a la nación, se anunciaba la nacionalización de los yacimientos petrolíferos y la refinería de Talara, formando la empresa estatal PETROPERU que se haría cargo de la explotación, refinación y comercialización del petróleo y sus derivados.
Las estatizaciones y nacionalizaciones eran la "moda" de la época y años después pagaríamos las consecuencias. La refinería, por falta de mantenimiento y deficiente gestión, quedó en unos años reducida a chatarra.
En 1969 vino la Reforma Agraria. La tierra pasó a manos del campesinado y las grandes haciendas se convirtieron en cooperativas. Se pagó a los propietarios con bonos, que hasta la fecha nunca honró el gobierno peruano; en la práctica fue una confiscación.  
Sobre este tema tengo una visión muy particular, posiblemente por haber vivido de niño en la Hacienda Casagrande en Trujillo lo que me permitió apreciar de cerca como eran socialmente esta haciendas.
En la Hacienda Casagrande, propiedad de alemanes (familia Gildemeister), los principales gerentes y jefes eran extranjeros y vivían con sus familias en unos chalets muy bonitos, agrupadas dentro de un muro (muralla?) de unos 4 metros de alto, con un largo y único acceso por un angosto callejón de entrada que llamaban "El Casino". Aparte de las casas, había campos verdes, piscinas, canchas de tenis y todo lo necesario para una vida confortable. Desde esta zona estaba el único acceso al colegio alemán, que funcionaba en un pabellón separado del colegio de la hacienda. Los alemanes tenían clases en alemán y castellano, jardinería y otros y sus horas de recreo eran distintas a los otros pabellones. En esta forma nunca tenían contacto con el resto de alumnos.
Los jefes de sección peruanos, empleados administrativos y personal de rango medio , tenían casas en un barrio separado, bastante bonitas, con techo a dos aguas, sala, comedor, dos dormitorios, baño, cocina y patio. Los servicios de agua y electricidad era gratis para todos. También era gratis el colegio y servicios médicos.
Los obreros y peones tenían casas en un barrio separado, con paredes de adobe y piso de tierra afirmada.
En la práctica eran tres grupos sociales, perfectamente delimitados que llevaban una vida totalmente separada.
Los sueldos, en general eran muy bajos (menos de $ 100 actuales), pero alcanzaban perfectamente, pues había un gran almacén donde se podía comprar los alimentos básicos a precios irrisorios. Arroz, azúcar, fideos, manteca, etc., todo por pocos centavos.
En esta forma todos vivían contentos, pero con un futuro limitado. No había opción para pensar en ahorrar o salir de la hacienda.
Por si había huelgas o levantamientos de los peones, en el distrito cercano de Chocope había un cuartel de caballería que a pedido de la hacienda, se encargaba de imponer el orden.
En consecuencia, creo que si era necesario un cambio radical.
Los problemas se presentaron después, al no estar preparados los trabajadores para hacerse cargo de la administración.
Como dueños, después del primer balance recibieron sus utilidades y se les abrieron los ojos. ¿Y si nos repartimos un adelanto de las utilidades del año próximo?
En menos de un año, todos tenían sus camionetas pick-up y artefactos nuevos en casa.
En pocos años la planta colapsó por falta de mantenimiento y ya no había dinero; solo quedaba estirar la mano a "Papá Gobierno".
En el gobierno de Morales Bermúdez, se quiso llegar a un acuerdo con los antiguos dueños para que administren la hacienda, pero después de enviar un funcionario y ver las instalaciones, obviamente no aceptaron.
Lo que falló fue el apoyo técnico que se debió dar a la nueva administración. Lo mismo pasó con las comunidades industriales, con la minería y tantos otros sectores.
El estado tomó el control de toda la minería, pesca, banca, etc.
Se confiscaron los medios de comunicación, con el pretexto de entregarlos a las "fuerzas vivas" del país. En la práctica se instalaron nuevos directores en los diarios, radios y televisoras, felipillos y lustrabotas del gobierno, poniendo los medios de comunicación a las órdenes del estado.
Mención aparte merecen en este caso los bancos que también estuvieron el la mira del gobierno. Una mañana escuchamos por radio que los Bancos Popular, Internacional y Continental habían sido nacionalizados. Las fuerzas armadas habían ocupado en la noche todas las oficinas de estos bancos y se nombraron nuevos directivos en estas instituciones.
Mi esposa y yo trabajábamos en el Banco Comercial y lógicamente había mucha tensión entre los trabajadores pues creímos que correr la misma suerte.
Felizmente se demoraron en tomar esta decisión con los demás bancos y llegó el gobierno de Morales Bermudez. La familia Bertello, dueña del Banco Comercial, nombró Presidente del Directorio del Banco a un pariente del Presidente de la República y pasados los meses y años llegamos al final de este gobierno.
Uno de los problemas que quedaron de esos años fue el colosal endeudamiento del país, convirtiendo la deuda en impagable. La crisis económica era grave y la inflación llegaba a mas del  40% anual.
Recuerdo que casi todos los días salía en primera plana del Diario El Comercio una noticia de un nuevo préstamos recibido que era anunciado con júbilo como reflejo de la confianza que inspiraba nuestro país en el extranjero.
Cuando la deuda se hizo impagable, la culpa fue lógicamente del "imperialismo yanqui" y de la banca usurera. El FMI se convirtió en el enemigo público número uno.
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Hace unas semanas, leía en el diario la noticia que el país había recibido dos prestamos de 1,250 millones de dólares y se anunciaban como signo de nuestra fortaleza económica. En los últimos 15 o 20 años habíamos pagado toda nuestra deuda sin problema y acumulado fuertes reservas por mas 45,000 millones. Las exportaciones se multiplicaron por cinco y las finanzas del país estaban en azul.
Las exportaciones bajaron a la mitad en el gobierno de Ollanta Humala y las reservas bajaron en mas de 20,000 millones. Se repartieron fuertes sumas en los programas sociales sin preocuparnos de crear nuevos ingresos y después de muchos años tenemos nuevamente un déficit fiscal que se incrementa año a año. Parece que no hemos aprendido nada y el ciclo podría repetirse y comenzar a endeudarnos nuevamente.
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También se inició la llamada "Reforma de la Educación Peruana" cambiando totalmente los contenidos. Si en algo no estoy de acuerdo es en la exagerada ideologización de la enseñanza, totalmente parcializada con las ideas socialistas del gobierno. Como en todo gobierno totalitario, se terminó la pluralidad ideológica y la libertad de pensamiento. Los que pensaban diferente eran marginados y generalmente expatriados.
No hablemos de la libertad de expresión, que vivió sus peores momentos.
En esa época se dispararon los precios internacionales del petróleo, ocasionando graves problemas al Perú.  El gobierno dispuso una serie de normas tendientes al ahorro de combustible y entre ellas, una disposición  por la cual los autos dejarían de circular lunes, miércoles y viernes o martes, jueves y sábado, a elección del usuario.
En mi caso fue un grave problema, pues vivía en la Urb. El Trébol (actual Distrito de Los Olivos)  y mis hijas estudiaban en el Colegio San José de Cluny (Av. Aramburú, Surquillo). El auto era para mi indispensable para llevarlas diariamente al colegio. Solución: buscar un auto usado, bueno y muy barato. Recuerdo que por $ 1,400.oo encontré un Volkswagen usado del año 1964, fabricado en Alemania. Un auto terminó con calcomanía roja y el otro con blanca; en esa forma tendría movilidad todos los días y la movilidad de mis hijas al colegio estaba asegurada.
Recuerdo que el recorrido lo hacia en media hora y nunca llegaban tarde. Hoy con las condiciones actuales del tráfico sería imposible.

Recuerdo también el 5 de febrero de 1975, en que una huelga policial terminó con un levantamiento y saqueo general en Lima.
Recuerdo que ese día, al llegar a la Plaza Dos de Mayo noté algo extraño: la falta total de policías en las calles. Normalmente dirigían el tráfico que era bastante congestionado en esa zona en horas de la mañana.
Llegué a trabajar al Banco como de costumbre, en la Av. Nicolás de Piérola (Colmena) y recuerdo que alrededor de las 10am  las calles de Lima eran un caos total. El Banco ya había cerrado por los incidentes callejeros y frente a las oficinas, veíamos a la turba entrando y saqueando las tiendas de ropa, la gente corría por las calles cargados de artefactos, discos, libros y el saqueo fue general. Recuerdo a un oficial de policía entrando detrás de la turba a una tienda de camisas, pistola en mano y disparando. 
Se suspendieron las actividades a y me dirigí a casa. El gobierno suspendió las garantías y mas tarde dispuso el toque de queda a partir de las 6 pm. El casino de policía en la Plaza San Martín estaba ardiendo, el Centro de Convenciones del Centro Cívico también estaba en llamas y de varios locales más surgían imponentes columnas de humo.
Mi hermana estaba desesperada porque una de sus hijas no había vuelto a casa, por lo que salí en el auto nuevamente al centro de Lima a las 4pm. Hice un recorrido rápido por la Av. Tacna, Colmena, Abancay, etc. las que estaban desiertas y solo circulaban tanques y tanquetas y patrullas del ejército. Regresé a casa....
Al día siguiente el toque de queda pasó a las 8:00pm y días después a las 10:00pm Las garantías quedaron suspendidas por mucho tiempo y el gobierno quedó herido de muerte. Por primera vez se escuchaba que deberíamos buscar la forma de dar el poder a un gobierno civil, pero buscando una forma "elegante" para que el gobierno militar pueda transferir el poder sin salir demasiado "magullado".
Recordemos que el gobierno no era de Velasco o de Morales Bermúdez, si no un Gobierno Revolucionario institucional de las Fuerzas Armadas.
Meses después el general Morales Bermúdez se levantó en Tacna, destituyendo a Velasco y dando inicio al largo ciclo de retorno a la democracia.
Como en todo gobierno hubo algunas cosas buenas y otras malas y quedó una lección: era verdad lo que decía mi abuela "no hay mal que dure cien años......."
Mi concepto particular, es que si bien muchas cosas se hicieron mal y dejaron un terrible lastre al país para los años venideros, Juan Velasco Alvarado estaba convencido de que hacía lo mejor por su patria. Y el Perú cambió....nunca llego a ser el mismo de antes. Comenzamos a construir un nuevo Perú sobre nuevas bases. Las poblaciones indígenas levantaron la cabeza y recobraron poco a poco su dignidad.



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